La migración siempre fue un fenómeno, pero no siempre fue un problema
El escritor argentino Leonardo Tarifeño habla sobre la relación entre migración y literatura.

Presentamos la entrevista que le hicimos al escritor argentino Leonardo Tarifeño acerca de la migración como tema de actualidad, así como de sus impresiones sobre el libro En tierra de nadie, antología de Gris Tormenta donde once escritores contemporáneos de distintos continentes reflexionan —desde la memoria— acerca de la migración y el exilio.
¿Por qué el discurso sobre la migración resurgió en la narrativa y el ensayo? La migración no es nueva; así se han construido históricamente las sociedades.
La migración siempre fue un fenómeno, pero no siempre fue un problema. Lo que estamos viendo es la cuestión de la migración como problema político-social en el que confluyen grandes asuntos de una sociedad, como la economía y los valores. Se entiende que los narradores y los escritores en general estén trabajando ahora este tema desde distintos registros: el periodismo, por supuesto, pero también desde la ficción y el ensayo, porque la literatura siempre habla de su época.
¿A qué problemas se enfrenta el escritor que narra la migración?
En mi experiencia, cuando un escritor intenta narrar lo migratorio se encuentra con una audiencia que cree saber aparentemente «todo» sobre el fenómeno. Entonces, narrativamente es difícil. Te planteas cómo escribir sobre el tema sin que el lector crea que ya ha leído esta historia en otro medio. También influye el tono, ya que siempre son historias más o menos tristes —no necesariamente oscuras— de gente desgraciada, de una situación y contexto específicos; buscar que no sea una narración tan triste, porque nadie quiere leer algo así. Como autor de un libro que aborda este tema, me parece importante la posibilidad de sorprender al lector, que no crea que lo sabe todo o que tiene suficiente información para opinar. Eso se nota en algunas escenas de En tierra de nadie, porque demuestran que no todo transcurre en un mundo inocente o ingenuo. Pasan muchas cosas en las que se pone en juego la debilidad, el envilecimiento y el egoísmo. Y esos son elementos que sorprenden en el libro, que tiende a no contar todo con una misma paleta, con un mismo color.
En tu opinión como cronista: ¿qué marcas diferenciales tiene la migración vista desde la ficción y la no ficción?
No tomaría una posición tan extrema entre lo que están trabajando el periodismo y los libros. Creo que hay periodismo de todo. Además, he visto muchas historias de vida, como las de En tierra de nadie. No diría que el libro le está dando una lección al periodismo o al revés. El periodista trabajará con la realidad y el autor de ficción, no. Pero creo que todas esas palabras, tanto las del periodista como las del escritor de ficción, son valiosas porque todas van aportando algo hasta lograr una visión multipolar de este asunto. Tal vez uno de los méritos de En tierra de nadie es que, justamente, tiene muchos registros. Cada uno de estos escritores se animó a contar su historia desde su registro, y están llenas de pequeños detalles —que, por cierto, son los que definen a un gran escritor. Por ejemplo, el relato de Albino Ochero-Okello es muy interesante porque es un texto entre el reportaje y la memoria. Narra la llegada a un aeropuerto en Londres para pedir asilo político y recuerda las preguntas de los agentes que van a decidir el rumbo de su vida: si se puede quedar en Inglaterra o si lo deportan. Después está la escena con la última agente del estado británico, que le da instrucciones para llegar en tren a la pensión de oficio del Estado, y el narrador-personaje se sorprende porque, claro, en el tren de su país viajan cinco veces más personas que las que pueden viajar, y hasta con animales. Entonces, él pensaba que el tren era eso, hasta que toma el subway y descubre que es todo lo contrario. Ese tipo de escenas, de situaciones que se nos pierden a veces de vista, nos recuerdan que la experiencia migratoria también es descubrir un mundo que para nosotros puede llegar a ser cotidiano, pero para el migrante no. Esas escenas son las que desnudan el espíritu que hay detrás del libro, que es el de conectar, tanto con los escritores y traductores como con los posibles lectores, desde un punto de vista humanista.
¿Qué libros sobre la migración recomendarías?
Hay una antología muy buena, inglesa, que se llama The Good Inmigrant, en la que ya se empieza a hablar de este fenómeno en otro tono, un tono tal vez más vinculado al humor, a la ironía. Es difícil hablar con humor de este asunto tan puro, pero ya se está logrando. También creo que los grandes libros sobre el tema están por llegar.
¿Cuál será el futuro de la migración en algunos años? Conocemos la crisis actual, pero ¿qué va a suceder? ¿Se resolverá, se transformará?
Creo que la migración se ha convertido en un tema de agenda política que está exigiendo soluciones políticas. Las soluciones políticas no atienden solamente a quienes necesitan el beneficio de esas soluciones, sino también a muchas otras razones de conveniencia y de seguridad. El fenómeno migratorio no es solamente el migrante, son también las autoridades que los persiguen, el Estado que los abandona —desde antes de irse hasta cuando regresan— y la repercusión social del fenómeno convertido en problema. Nada de eso se puede discutir seriamente sin un punto de vista humano. Y pienso que En tierra de nadie se plantea como un ejercicio de reflexión para los lectores. La migración ya forma parte de la agenda política de muchos de nuestros países, entonces tiene que haber un ejercicio de reflexión social. Se tiene que opinar desde el pensamiento: saber qué se exige y a quién. Creo que el problema, efectivamente, va a ir cambiando. Mientras la solución no abarque distintas áreas, si solamente es política, no va a ser suficiente. Se necesita una solución multívoca, una que abarque aspectos como la salud mental de los migrantes, por ejemplo.
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Leonardo Tarifeño (Mar del Plata, 1967) es cronista y periodista cultural argentino. Es autor de Extranjero siempre (Almadía, 2013) y No vuelvas (Almadía, 2018), una inquietante crónica periodísticas sobre la deportación de migrantes a Tijuana desde Estados Unidos. Ha participado en revistas y periódicos como Letras Libres, Gatopardo, Esquire, La Nación y El Universal.
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En tierra de nadie es una antología en la que once autores del mundo —que a su vez han sido migrantes o vivieron de cerca la experiencia— reflexionan acerca del viaje físico y psicológico que han hecho; las sorpresas y decepciones de sentirse diferentes en una nueva geografía. El libro se divide en cuatro capítulos que son, de algún modo, los cuatro grandes momentos de la migración: la travesía, la llegada, la espera y el arraigo. Mientras los medios informan sobre cifras y políticas de Estado, esta antología hace lo opuesto: un acercamiento hasta el interior mismo de los espacios, los pensamientos y los sentimientos de quienes han migrado.
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Gris Tormenta imagina, edita y publica libros que reflexionan sobre la cultura y el pensamiento contemporáneo. Títulos que amplían y profundizan la curiosidad del lector y que buscan un entendimiento más rico del mundo. Más que descubrir nuevos autores, se proponen nuevas discusiones sobre dudas inquietantes y nuevas lecturas de textos existentes.
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